El estado de euforia provocado por el triunfo contra el Eldense busca reconvertirse una semana después frente al Cartagena. El Levante quiere estirar la alegría que se respira en Orriols y, sobre todo, conseguir tres puntos sobre los que asentarse en la parte privilegiada de la clasificación. Aún faltan jornadas por disputar, pero, a estas alturas de competición, el conjunto de Julián Calero, que no quiere escuchar la palabra ascenso, busca posicionarse y mandar el mensaje de que batallará por absolutamente todo en la categoría de plata. Cueste lo que cueste y sin importar los obstáculos que tenga que superar, con el discurso de su entrenador entre ceja y ceja de que «sean positivos y busquen cosas positivas», tal y como aseguró en la rueda de prensa previa al encuentro.
Su próximo rival es un Cartagena que, a 21 puntos de distancia de la salvación, vive sus jornadas con la agonía de no saber cuándo finalizará su estancia en Segunda, debido a una racha de resultados insalvable y a unos registros de descenso: 15 puntos, 22 derrotas y 52 goles encajados. Las estadísticas invitan a sentir que el encuentro será un mero trámite, pero en el Ciutat de València pretenden escapar de las relajaciones. Quieren huir de cualquier sentimiento de confianza que pueda menguar no solo el rendimiento de su equipo, sino también las múltiples virtudes que atesora. Nadie olvida el hachazo que el fútbol asestó al Levante contra el Racing de Ferrol, donde, en un contexto de características similares al de esta tarde, se perdió de manera incomprensible e inesperada.
Levante – Racing de Ferrol / LALIGA
No obstante, Orriols quiere aferrarse al optimismo, desde el convencimiento de que los tres puntos obtenidos en Elda no fueron casualidad. Ganar no solo supondría una racha inédita en la presente temporada (3 victorias consecutivas), sino que valdría para pisarle los talones al ascenso directo a la élite del fútbol español; igualado como pocas veces en la categoría de plata, pero donde el Levante quiere sacar músculo para que no se le escape la posibilidad de subir a la élite nacional.
Contra el Cartagena de Pablo Campos y Óscar Clemente, los de Julián Calero, sin Manu Sánchez por baja médica, recuperan a Dela, después de cumplir sanción contra el Eldense por la doble amarilla vista contra el Mirandés, y a Pablo Martínez, tras recuperarse de la lesión que sufrió en el bíceps femoral de la pierna derecha. Dos efectivos más para la causa y para pelear por tres puntos que alimenten, más que nunca, la ilusión de volver a Primera División. Desde los que sueñan con conseguirlo, pero conscientes de que lo tienen en su mano. Orriols, entusiasmado con su Levante, no fallará a su cita para remar junto a un equipo que le ha devuelto el optimismo. La tercera seguida ya espera en el Ciutat de València.
Calero, en un entrenamiento / LUD