El cierre para siempre de una de las librerías más icónicas de Zaragoza

El tejido cultural y comercial de Zaragoza sufre una nueva pérdida con el cierre inminente de la Librería Central y la editorial Mira. Tras más de cuatro décadas siendo un referente para lectores y escritores, la empresa ha anunciado su entrada en concurso de acreedores, lo que supone el principio del fin de un negocio que ha sido clave en la vida cultural de la ciudad.

Esta noticia supone un duro golpe para el comercio local y pone de manifiesto las dificultades que enfrentan las librerías independientes en un mercado cada vez más dominado por la venta online y los cambios en los hábitos de consumo.

UNA HISTORIA DE MÁS DE 40 AÑOS

Fundada en 1981 por Joaquín Casanova, la Librería Central no era solo un punto de venta de libros, sino un espacio de encuentro para amantes de la literatura. Situada en la calle Corona de Aragón, su extenso catálogo de más de 25.000 títulos y su equipo de profesionales especializados convirtieron a este negocio en un referente para varias generaciones de lectores zaragozanos.

El cierre no solo afecta a la librería, sino también a la editorial Mira, sello que ha impulsado a numerosos escritores aragoneses. Junto a ellos, también cesará su actividad la papelería del grupo, lo que supone el fin de un modelo de negocio que ha luchado durante años por mantenerse a flote en un contexto económico complicado.

LOS MOTIVOS DE UN CIERRE INEVITABLE

El anuncio de la entrada en concurso de acreedores responde a una acumulación de factores que han hecho inviable la continuidad del negocio. La caída en las ventas, la falta de liquidez y los retrasos en los pagos por parte de la Administración han sido algunas de las causas determinantes.

Ana Belén Casanova, actual gerente de la empresa, ha tomado la difícil decisión de cerrar de manera ordenada, priorizando el pago a los trabajadores y minimizando las deudas. El auge de la compra online, que ha cambiado radicalmente los hábitos de consumo, también ha afectado gravemente a la librería, que ha visto disminuir progresivamente su clientela.

A pesar de que todavía no hay una fecha concreta de cierre, desde la librería se anima a los clientes a aprovechar el stock disponible y a canjear vales y cheques regalo antes de que se liquide toda la mercancía.

UN ADIÓS QUE DEJA HUELLA

La noticia del cierre ha generado una gran reacción en redes sociales, donde numerosos clientes han mostrado su tristeza y apoyo al negocio. La Librería Central ha sido, para muchos, un lugar especial, no solo por su extensa oferta, sino por su trato cercano y el amor por los libros que transmitía su equipo.

El cierre de este establecimiento supone el adiós a un emblema cultural de Zaragoza y deja en evidencia los retos que enfrentan los comercios de proximidad. La desaparición de negocios históricos como este es una llamada de atención sobre la necesidad de apoyar el comercio local y preservar los espacios que dan vida a la cultura en la ciudad.

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