Diego Llorente enseña al Betis el camino hacia Europa

En una tarde gris, pasada por agua y con viento, el Betis ha logrado una importantísima victoria ante Las Palmas en su carrera por una de las plazas que dan acceso a las competiciones europeas. No ha sido fácil para los de verdiblancos ante un rival que, pese a estar en puestos de descenso, sólo dio su brazo a torcer cuando se quedó con un futbolista menos por expulsión de Essugo. Pero un gol de Diego Llorente cuando su equipo ya estaba en superioridad numérica ha permitido a los andaluces firmar su cuarta victoria consecutiva en LaLiga y exprimir una jornada en la que la mayoría de resultados le han favorecido. Se afianzan en la sexta posición y coquetean con pelear por un quinto puesto que puede dar acceso a la Champions.

No fue un partido agradable de inicio para ninguno de los dos equipos. Tal vez su falta de costumbre de jugar en condiciones climatológicas tan desagradables se les hizo bola. Pero lo cierto es que la primera mitad, salvo un ida y vuelta en el inicio y un impulso de los verdiblancos en el tramo final, fue seguramente una de las más aburridas esta temporada en Heliópolis. El plan del equipo de Pellegrini, con Fornals en el doble pivote para darle mejor criterio a la salida de balón, no terminaba de funcionar. Y los de Diego Martínez, poco a poco, conseguían llevar el duelo a su terreno, en busca de una transición rápida que les pusiera el marcador de cara.

A punto estuvieron de hacerlo a los cinco minutos en un balón largo de Bajcetic que Fabio Silva, rompiendo en velocidad, logró alcanzar dejando a Adrián a media salida. Pero el intento del portugués de picar su remate por arriba no encontró portería. La mejor respuesta del Betis, después de varios intentos imprecisos de Antony y Cucho, fue al filo del descanso. El colombiano, recibiendo un balón de Isco, se giró en una baldosa y se lo puso en carrera a Jesús Rodríguez. El canterano, sin embargo, desperdició el mano a mano ante un inspirado Cillessen. Entre medias, infinidad de pérdidas de balón, desajustes, faltas, tarjetas y muy poco control de juego.

Una desconexión de Essugo, decisiva

Tras el paso por los vestuarios, la UD intentó estirarse con la profundidad que le daba Fabio en cada desmarque y probando suerte desde lejos. Lo había intentado Álex Muñoz antes del descanso y probó suerte el otro Muñoz, Javi, con un bombazo que no encontró portería. La energía de Essugo en la medular desactivaba todos los intentos verdiblancos. Ganando algún duelo era capaz incluso de arrancar jugadas como una en la que Sandro filtró una pelota a Viti cuyo disparo sacó Adrián estirándose. Hasta que un remate de Fabio Silva a un centro de Álex Muñoz puso en alerta al banquillo bético.

Pero antes de que Pellegrini realizara sus primeros cambios, Essugo, que estaba siendo el mejor de su equipo, cometió un error trascendental en el desarrollo del encuentro. Se resbaló cuando intentaba presionar a Isco en la medular, pero en vez de esconder la pierna, la estiró golpeando con los tacos en el pie del malagueño. Segunda amarilla para el centrocampista portugués, que había sido amonestado ocho minutos antes por una entrada dura, y media hora por delante con un futbolista menos para el equipo de Diego Martínez. Una tarjeta roja tras la que el Ingeniero dio entrada a Altimira y Abde, protagonistas de inmediato.

El marroquí recibió un balón por la izquierda y se lo dio al catalán para que lo pusiera en el área. Natan y Fabio Silva pugnaron por rematar y despejar, respectivamente. Y el rechace fue a parar a Diego Llorente que, a bote pronto, le pegó con potencia poniendo el 1-0 en el marcador. Después de una primera hora de partido muy complicada, en menos de cinco minutos el escenario cambió por completo para el Betis, en ventaja en el resultado y con superioridad numérica. Pero los canarios, pese a todo, siguieron intentándolo con más fe que fútbol y llegaron a pedir un penalti a McBurnie por agarrón de Ricardo en una falta que árbitro y VAR descartaron.

El Betis estaba con uno más, pero por la trascendencia del partido, los nervios se apoderaron del Villamarín al tiempo que Las Palmas iba ya con todo arriba, a la desesperada. Pudo sentenciar el partido Bakambu tras un robo de balón y una rápida conducción. Lo tuvo también en sus botas Isco, de penalti, tras una imprudencia de Bajcetic sobre Altimira en el área. Lo paró Cillessen. Y la última, poniendo el corazón en un puño a la afición bética, la tuvo McBurnie en una ocasión desbaratada por Adrián, aunque había claro fuera de juego. Y los verdiblancos respiraron aliviados, afianzándose en la sexta plaza liguera, abriendo distancias y coqueteando ya con esa quinta plaza Champions. Llorente, goleador y colosal en defensa, enseñó a su equipo el camino a Europa.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *