El Tenerife despidió el Carnaval rescatando el disfraz de ganador para poner fin a una serie de cuatro derrotas consecutivas. Los blanquiazules devoraron a un irreconocible Huesca, que extinguió en la isla la serie de 14 jornadas sin perder y que, de paso, se convirtió en la quinta víctima de los isleños este curso.

El equipo que dirige Antonio Hidalgo acusó las numerosas ausencias y desperdició una gran oportunidad para domiciliarse en la zona de ascenso directo, mientras Cervera daba con la tecla al situar a Maikel Mesa como delantero y con el ecuatoriano Landázuri como titular, como central diestro, por vez primera desde su llegada al cierre del mercado de invierno.

La primera parte fue netamente de color blanquiazul. El equipo que dirige Cervera monopolizó el balón, lo movió con criterio por vez primera en muchas jornadas y, además, encontró la manera de llegar con cierto peligro hasta el área visitante. Aitor Sanz y Bodiger dominaron la parcela ancha y a los locales les bastó con el talento de Luismi Cruz, la movilidad de Diarra y la pegada de Maikel Mesa para imponerse con mucha más facilidad de la que reflejó el marcador.

Los jugadores del Tenerife celebran el gol ante la tristeza oscense.LALIGA

El gol que abrió la cita fue un claro ejemplo de la pasividad del equipo de Antonio Hidalgo. Aitor Sanz abrió a la derecha para Luismi Cruz, que aprovechó la escasa implicación defensiva de Vilarrasa para colocar un pase preciso que cabeceó con violencia Maikel Mesa a la red después de que Blasco no detectase la presencia del atacante tinerfeño en su espalda.

Manejó los tiempos del partido

Tras el descanso, el Tenerife manejó su ventaja y, pese a que el Huesca movió el banquillo, solo fue capaz de crear peligro al filo del minuto 90, cuando Badia negó el gol a Ayman con una parada antológica a bocajarro.

Con los visitantes volcados en busca del empate, el canterano Aarón Martín llevó la tranquilidad a la grada al batir a Jiménez tras un doble recorte dentro del área a pase de Cantero.