Con goles de Julián Álvarez, Enzo Fernández, Alexis Mac Allister y Giuliano Simeone, la Selección le puso un moño dorado a esta doble fecha de Eliminatorias que comenzó con una victoria en el clásico del Rio de la Plata, al vencer este martes en un estadio Monumental completo y eufórico por 4 a 1 al Brasil de Dorival Junior, en el que lejos estuvieron de lucirse Rapinha, quien había calentado la previa, y Vinicius, que no tuvo prácticamente oportunidades.
La Selección arrancó el trámite por la fecha 14 de las Eliminatorias Sudamericanas con la seguidad de haber obtenido en la previa su pasaje mundial, luego del empate sin goles entre Bolivia y Uruguay. Y durante el encuentro fue claro dominador tanto en el marcador como en terreno de juego frente a un Brasil inexpresivo, desnaturalizado y al que le costó estar a la altura de la producción de la Argentina, que jugó en otro nivel y se quedó con una victoria soñada.
Sobre el final del partido, con un remate desde afuera del área, Rodrigo De Paul se perdió con un tremendo remate el que hubiera sido el gol de la noche. Se le fue por poco arriba del travesaño. Pero no importó. La Selección festejó una gran victoria sobre Brasil en el Momumental.
Entusiasmado con el gran ingreso de Simeone, Scaloni metió dos nuevos cambios: ingresaron para jugar el último cuarto de hora Nicolás Paz por Mac Allister y Facundo Medina por Tagliafico. Con las modificaciones en la cancha, Rapinha estrelló un tiro libre contra el travesaño del arco de Dibu. A los 79, el DT del equipo nacional manda otras dos modificaciones a la cancha: Angel Correa por Julián Álvarez y Palacios por Paredes. Ambos dejan el campo de juego envueltos en aplausos.
Apenas ingresó, Giuliano Simeone contectó un centro de Mac Allister y con una definición soñada metió el derechazo para estirar la ventaja y dejar el marcador 4 a 1.
A los 68 minutos, sale Thiago Almada, que es ovacionado por los hinchas, e ingresa Giuliano Simeone. En Brasil también se produce una modificación: sale Cunha y entra Sávio Moreira de Oliveira.
La Selección, que ya siente el desgaste físico, aguanta la presión ofensiva de Brasil y se dispone como para liquidar el trámite de contraataque.
Argentina, sin cambios; en Brasil son tres los ingresos: salieron Joelinton, Murillo y Rodrygo e ingresaron João Gomes, Leonardo Rech Ortiz y Endrick, respecticamente.
Con el marcador 3 a 1, la Selección se fue al descanso con mucha tranquilidad. Lo único para lamentar fue el error defensivo de Cuti Romero, que le facilitó a Cunha el descuento cuando el partido estaba 2 a 0. Poco de Vinicus, Rapinha y Rodrygo, bien tomados por los volantes y defensores de la Scaloneta.
Se repuso rápido la Selección al gol de Cunha, a los 35 minutos, en jugada que se inició en un tiro de esquina, los atacantes de la Scaloneta controloaron la pelota, la hicieron circular por el frente de ataque y tras un gran pase de Enzo por arriba de la línea defensiva, Mac Allister conectó de primera para vencer al arquero Bento y estirar nuevamente la ventaja. El estadio se vino abajo a puro grito.
Increible, en el mejor momento de la Argentina, cuando acaba de perderse el tercero, una distracción de Cuti Romero, que falló en su intento de pase atrás para el Dibu, Matheus Cunha le robó la pelota y mano a mano frente al arquero definió abajo sobre el palo derecho para poner el 2 a 1.
La Selección amplió la ventaja con un verdadero golazo, en una jugada que se inició con un largo toqueteo en su propia área que sirvió para que Brasil se confiara y adelantara unos metros en campo argentino, y así rápido, con un cambio de ritmo feroz, la Scaloneta aprovechó los espacios y habilitado por un centro de Molina, apareció Enzo para definir y estirar la ventaja. Fueron en total 33 los toques del equipo nacional para esa definición inapelable.