La evolución de las manifestaciones del 8M en España: del “yo también soy adúltera” al “hermana, yo sí te creo”

Hace medio siglo desde que la ONU formalizó la conmemoración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora. En 1975, las Naciones Unidas celebraron el Año de la Mujer y poco después, la Asamblea General invitó a todos los Estados miembros a que proclamasen, de acuerdo a sus tradiciones, una jornada para reivindicar los derechos femeninos. Ese año, España todavía vivía los últimos alientos de una dictadura que reprimía con dureza cualquier protesta social y perpetraba un modelo tradicional y conservador que limitaba la autonomía de las mujeres. Las feministas no llegarían a reivindicar sus derechos en las calles hasta la muerte de Franco.

Manifestación por la despenalización del adulterio delante de los juzgados de Barcelona donde se juzgaba a María Ángeles Muñoz, 1976 Pilar Aymerich

Antes de la primera manifestación del 8 de marzo y a las puertas de la Transición, el 15 de enero de 1976 tuvo lugar la primera gran manifestación no autorizada por la liberación de la mujer. En Madrid unas 4.000 mujeres se congregaron con el objetivo de protestar por la discriminación que sufrían en el campo laboral, político, social y cultural y entregar un escrito al Gobierno. “Mujer, lucha por tu liberación“, repetían en los carteles.

En ese mismo año, las barcelonesas salieron a la calle en una multitudinaria marcha el 16 de noviembre. La infidelidad era un delito que se castigaba con pena de cárcel y al grito de “yo también soy adúltera” un millar de personas apoyaron a María Ángeles Muñoz, una obrera catalana. Las autoridades intentaban quitarle la custodia de su hija bajo la acusación de adulterio, que no se despenalizó hasta el año siguiente.

El 27 de octubre de 1977, con la firma de los Pactos de Moncloa se aprueba una reforma del Código Penal que impulsó la adquisición de los primeros derechos para la mujer española. Se despenalizó el adulterio, se reguló la venta de anticonceptivos y se modificó la edad mínima considerada en los casos de rapto y estupro.

Aún no se había firmado ni siquiera la Constitución cuando miles de mujeres marcharon por primera vez el 8 de marzo de 1978 bajo el lema “por un puesto de trabajo sin discriminación“. Exigían igualdad salarial, acceso a todas las categorías profesionales y la eliminación de la discriminación laboral.

En 1978, el 73% de las personas analfabetas en España eran mujeres. De los 1.200.000 parados, ellas eran más de 300.000. Trabajaban alrededor de cuatro millones de mujeres y la mitad lo hacían en el sector servicios como peluqueras, dependientas, taquilleras o mecanógrafas. Otro millón trabajaba en la agricultura en jornadas de hasta 14 horas. De las 900.000 que prestaban servicios en la industria, la mayoría lo hacían en trabajos mucho menos cualificados que los hombres y peor pagados. En todos los ámbitos, ocupaban los puestos de menor prestigio social y en los escalafones más bajos.

En Madrid, la marcha fue disuelta por la policía con humo y balas de goma. Meses después, con la ratificación de la Constitución Española el 6 de diciembre de 1978, la igualdad entre hombres y mujeres se equiparó y sus derechos quedaron reconocidos en la Carta Magna.

Ya sin incidentes, la acción se repitió al año siguiente. “Chupetín y mocosete ‘pa’ tu padre”, se podía leer en un cartel de la manifestación de la capital. Era una clara alusión a la independencia femenina y a las más de nueve millones de amas de casa que había en el país. De todas ellas, el 47% buscaba un empleo asalariado fuera del hogar.

Miles de mujeres se manifestaron por la calle Alcalá para conmemorar el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. EFE/aa

En las marchas, no era habitual que la asistencia superara a los pocos miles de personas. Convocadas por los sindicatos, reclamaban la igualdad de derechos, especialmente, en el ámbito laboral y la etiqueta de “mujer trabajadora” era lo que les empujaba a salir a la calle.

Cabeza de la manifestación que recorrió diversas calles del centro de Barcelona con motivo del Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Efe/Quique Pérez de Rozas/ct

Este año se legaliza el divorcio en España, permitiendo a las mujeres romper relaciones abusivas o insatisfactorias.

Feministas se manifiestan a favor del divorcio en el 8 de marzo de 1981 Documentación RTVE

Las 11 de Basauri fue un grupo de mujeres que enfrentó un proceso judicial entre 1976 y 1985, bajo la acusación de haber llevado a cabo prácticas abortivas. Este caso se convirtió en un precedente clave para la aprobación de la primera ley del aborto, que no se despenalizó hasta 1985.

En la manifestación del 8 de marzo del 82, las bilbaínas se hacía eco de la noticia y al final de la concentración quemaron una imagen del juez que las condenaría poco después.

Muñeco de plástico que representa la figura de un juez y que fue quemado al final de la concentración celebrada en Bilbao, con motivo de la celebración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Efe//ct

Grupos de feministas conmemoraron el Día Internacional de la Mujer en las principales ciudades españolas con pancartas reivindicativas alusivas a los derechos de la mujer. Muchas expresaban su lucha en favor del aborto.

Aspecto de la manifestación organizada por grupos de feministas en conmemoración con el Día Internacional de la Mujer. La marcha trascurrió por la madrileña Plaza de Castilla y aledaños con pancartas reivindicativas alusivas EFE/caa

En 1984, las trabajadoras del sector textil en España lograron la firma de un convenio colectivo que mejoró significativamente sus condiciones laborales. Durante décadas, las mujeres habían sido la base fundamental de esta industria, desempeñando jornadas extenuantes con condiciones precarias. La lucha de las trabajadoras del textil se gestó en un contexto de cambios políticos y sociales en España, tras la consolidación de la democracia y la creciente organización sindical. Las huelgas y manifestaciones se intensificaron a lo largo de los primeros años de la década de los 80. La presión de las trabajadoras y el apoyo de la opinión pública obligaron al gobierno a negociar. Finalmente, en 1984 se firmó el convenio colectivo del sector textil, estableciendo aumentos salariales, límites en la jornada laboral y mejoras en las condiciones de trabajo.

Se despenaliza el aborto, aunque solo en tres supuestos: riesgo grave para la salud física o mental de la embarazada, violación y malformaciones en el feto.

Diversos colectivos feministas se manifiestan para conmemorar el Día Internacional de la Mujer. EFE/caa

El 8 de marzo de 1986, ni la izquierda ni la derecha se salvaron de las críticas de las feministas que salían a las calles a reclamar sus derechos. Al son de “vamos a quemar la conferencia episcopal” señalaban a una religión que las oprimía y demandaban la separación iglesia-estado.

Cuatro días después de aquella manifestación se celebraría el referéndum sobre la permanencia de España en la OTAN. Ganó el sí con el 56,85% de los votos. La mayoría de sus detractores formaban parte de grupos progresistas y esto se resonó en la convocatoria feminista de Madrid.

En 1987, en las calles de Zaragoza resonaba con un mensaje claro: “Ninguna agresión sin respuesta”. Más de tres décadas después, el lema sigue presente en pancartas y consignas feministas, reflejando la persistencia de una lucha que aún no ha sido completamente ganada.

Cabeza de la manifestación que recorrió hoy las calles de lal capital zaragozana con motivo de la celebración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Efe/Javier Cebollada/ct

En 1988 se cumplían tres años de la despenalización del aborto, pero solo en tres supuestos. En los demás casos, el Código Penal establecía penas de prisión tanto para la mujer embarazada como para los facultativos que practicaran una interrupción del embarazo no amparado por la ley.

Por ello, las feministas volvieron a salir a la calle pidiendo al gobierno un “aborto libre en la seguridad social” que no se conquistaría hasta bien entrado el siglo XXI. En 2010 se aprobó la ley que lo permitió hasta la semana 14 de gestación, sin necesidad de justificar motivos. Se ampliaron los plazos y se garantizó el derecho a decidir. En 2023 este derecho se extendió a las menores de 16 y 17 años sin necesidad de consentimiento paterno.

Varias mujeres portan grandes pancartas durante la manifestación convocada en Madrid para conmemorar el Día Internacional de la Mujer Trabajadora Efe/Ramón Castro/ct

El 8 de marzo, las pontevedresas se aglomeraron frente a la audiencia provincial. Esta había absuelto a dos hombres de Redondela que el año anterior habían violado a una mujer que conocieron en una discoteca de Vigo. Ella se subió a la furgoneta de estos. Ahí la violaron para después abandonarla en el monte a su suerte. El juez consideró que ella, al estar “casada pero separada, de modo que tenía experiencia sexual” estaba “en disposición de ser usada sexualmente” al haber estado de fiesta consumiendo alcohol.

Habría que esperar a junio de ese mismo año para que la violación dejase de ser un delito contra el honor. Ante la ley, pasó a ser un ataque contra la libertad sexual y, a partir de entonces, se aplicó también a la penetración anal y bucal, no sólo vaginal. También se tipificó la violación a hombres y dentro del matrimonio.

Varios integrantes de colectivos sindicalistas y feministas gritan consignas contra la reciente sentencia de la Audiencia de Pontevedra que absolvió a dos violadores, durante la manifestación que recorrió las calles de Vigo con motivo de la celebración del Día de la Mujer Trabajadora. Efe/Raquel/ct

En mayo de ese año, el Tribunal Supremo confirmaba la “sentencia de la minifalda”. La Audiencia de Lleida consideró que la ropa que llevaba una joven de 16 años “pudo provocar, si acaso inocentemente, al empresario Jaime Fontanet por su vestimenta”. Él fue multado por tocar los pechos y glúteos de su empleada y ella fue despedida de su puesto de trabajo. La respuesta se vio reflejada en las calles.

Manifestantes recorrieron las calles de la capital catalana para conmemorar el Día Internacional de la Mujer Trabajadora Efe/J. Valls/ct

En 1991, las manifestaciones feministas se convirtieron en una fuerte reivindicación por una ley de plazos para el aborto, para la interrupción voluntaria del embarazo.

Los vecinos de Bilbao se encontraron en las calles de la capital con carteles editados por la Asamblea de Mujeres Feministas de Euskadi para conmemorar el Día Internacional de la Mujer trabajadora EFE/Txema fernandez./caa

La mujer trabajadora española percibía en 1992 un salario inferior en un 30% al del hombre. Ocupaba el 21% de los empleos de la economía sumergida, el 20% del empleo precario y permanecía más tiempo en el paro. Sufría discriminaciones explícitas para acceder a un puesto de trabajo. En España, sólo un 75% de las mujeres en edad activa tenía empleo. La mayoría estaba ocupadas en labores de escasa cualificación, baja remuneración y poco prestigio social.

Manifestación en las calles Bacelonesas con motivo de la celebración del Día Internacional de la Mujer. La concentración finalizó en la Plaza San Jaime. EFE/Toni Garriga/caa

Unas doscientas feministas, muchas de ellas disfrazadas de salero, se manifestaron en las calles del centro de Murcia bajo el lema “mujeres unidas en la diversidad”. Pedían a otras mujeres que dejaran atrás sus cargas familiares y a que “salieran” a la calle a luchar por sus derechos.

Docientas mujeres, muchas de ellas disfrazadas de salero, se manifestaron por las calles del centro de Murcia bajo el lema “Mujeres unidas en la diversidad”,con motivo del Día Internacional de la Mujer Trabajadora EFE/J.F. Moreno

Un día antes del 8 de marzo del 1994, el Tribunal Constitucional difundía una sentencia que amparaba a 140 trabajadoras de Barcelona que, ostentando categorías superiores o equivalentes a las de los hombres, percibían retribuciones inferiores. El alto tribunal anuló las sentencias de un juzgado de lo Social de la ciudad y del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, que habían avalado la discriminación en favor de los hombres contra las mujeres, aplicada por la empresa exclusivamente en virtud del sexo del trabajador.

Más de un millar de mujeres se manifestaron en el centro de Madrid con motivo de la celebración del Dia Internacional de la Mujer Trabajadora. EFE/Kote rodrigo/svb

Una charanga participó en la manifestación de Madrid del Día Internacional de la Mujer Trabajadora. A lo largo de los años, España se fue haciendo eco de las diferentes crisis internacionales. En 1995, la guerra de Bosnia estaba llegando a su fin. Fue un conflicto sangriento donde entre 20.000 y 50.000 mujeres y niñas bosniomusulmanas fueron violadas sistemáticamente.

Una charanga compuesta de mujeres participa en la manifestación que recorrió varias calles de Madrid con motivo de la celebración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Efe/Juan M. Espinosa/ct

Con el mismo aire reivindicativo que en anteriores ocasiones, cientos de madrileñas se manifestaron por el centro de la ciudad. “Dónde están, no se ve a las chicas del PP” fue uno de gritos coreados con más insistencia por las manifestantes, que también aseguraban: “Somos muchas, podemos ser peores”. En el ambiente se sentía el descontento por la política del Partido Popular en la Comunidad de Madrid. El conflicto feminista con el Gobierno de Ruiz-Gallardón surgió a raíz de la suspensión de subvenciones de ese año para la asociaciones de mujeres.

Manifestación celebrada esta tarde en la madrileña plaza de Jacinto Benavente conmemorando el Día Internacional de la Mujer Trabajadora EFE/ Mondelo

Un jornada después del Día Internacional de la Mujer Trabajadora los medios de comunicación publicaban que “la mayor discriminación hacia la mujer reside en la posibilidad de ganar un buen sueldo”. Aunque cada vez más las mujeres se incorporaban al mercado laboral, su número seguía siendo muy reducido en comparación con el de los hombre. Según la Encuesta de Población Activa para el año aterior apuntaba que un 65% de los ocupados eran hombres, fernte a un 35% de mujeres. La mayoría de las empleadas trabajaban en una economía sumergida.

Unas quinientas personas, mujeres en su mayoría, se concentraron esta tarde en Barcelona para conmemorar, de una forma reivindicativa y festiva, el Día Internacional de la Mujer Trabajadora EFE/Toni Albir/svb

Miles de personas asistieron en Barcelona a la manifestación en defensa de los derechos de la mujer, algunas de ellas cubiertas con sábanas imitando el “burka” que las afganas se veían obligadas a vestir en las zonas controladas por los talibanes. En alguno de los carteles se podía leer: “si no nos veis, ¿existimos?”.

Miles de personas asistieron en Barcelona a la manifestación en defensa de los derechos de la mujer, algunas de ellas cubiertas con sábanas imitando el burka que tienen que llevar las mujeres de Afganistán en las zonas controladas por los talibanes. EFE/Andreu Dalmau/svb

El empleo fue la principal reivindicación de las manifestaciones que el 8 de marzo de 1999 recorrieron las ciudades españolas por el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, donde también se escucharon consignas a favor del aborto o por el reparto de tareas en el hogar. La más numerosa fue la de Barcelona con 3.000 manifestantes.

Numerosas personas participaron en la manifestación celebrada esta tarde en Madrid, para conmemorar el Día Internacional de la Mujer, en el que las mujeres reivindican sus derechos para lograr la igualdad con los hombres. EFE/ALBERTO MARTIN

Desde las calles, la feministas clamaron que el día de la Mujer Trabajadora fuese algo más que una simple jornada conmemorativa “con la que llamar la atención”. Lo aseguraban las mujeres trabajadoras de Madrid que se echaron a la calle para reivindicar la igualdad de derechos y de oportunidades reales, así como la reafirmación del papel de las organizaciones de mujeres en esa lucha.

Mujeres en la manifestación del Día internacional de la Mujer Trabajadora en Madrid EFE/ALBERTO MARTIN

Bajo el lema “esfuerzos comunes. Objetivos diversos”, las mujeres salieron a la calle para reivindicar sus derechos contra la violencia doméstica y por una distribución justa de la riqueza y el empleo.

El Día Internacional de la Mujer concentró en Madrid a políticos y sindicatos, estos últimos escudados en una batería de datos que recordaron la necesidad de repetir, cada año por esta misma fecha, que las mujeres cobraban menos que los hombres. Una media de 72.000 pesetas menos que sus compañeros.

Cientos de mujeres se manifestaron en Madrid en el Día Internacional de la Mujer Trabajadora bajo el lema “Si nosotras calláramos, gritarían las piedras”. EFE/KOTE RODRIGO/jr

El Día Internacional de la Mujer Trabajadora se convirtió en un clamor “contra la violencia doméstica” y la desigualdad laboral, pero también contra la guerra. En Barcelona la manifestación congregó a unas 4.000 personas bajo el lema “otro mundo es posible si el hacer de las mujeres es visible”.

Un momento de la manifestación que ha recorrido hoy las calles de Bilbao, reivindicando el día Internacional de la Mujer EFE/LUIS TEJIDO

En Las Palmas de Gran Canaria, las feministas salieron a la calle exclamando: “ni una más”. Bajo un eslogan que trasciende y que se sigue usando dos décadas después, demandaban el fin de la violencia contra la mujer y de los asesinatos machistas.

Este mismo año, se aprobaba con unanimidad la Ley de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género. Esta normativa, pionera a nivel europeo y a escala mundial, marcó un antes y un después en la sociedad española. Por primera vez, se reconocía de manera explícita la violencia contra las mujeres como una violación de los derechos humanos y se establecían medidas integrales para prevenirla, proteger a las víctimas y perseguir a los agresores.

“Ni una Más”, este es el lema bajo el que cientos de mujeres se manifestaron en la capital grancanaria en conmemoración del Día Internacional de la Mujer. EFE/Angel Medina G

Cerca de un millar de personas participaron en Barcelona en la manifestación. Su manifiesto destacó que en los últimos años la tasa de ocupación femenina aumentaba, aunque persistía una notable diferencia con la de los hombres. Los manifestantes reivindicaron que el 8 de marzo se celebraba el día de la mujer “en general”, ya que “todas las mujeres son trabajadoras, én casa o fuera de ella“.

Manifestación en Valencia con motivo del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, convocada por partidos políticos, sindicatos y otras organizaciones sociales EFE/Kai Försterling

En la manifestación de 2006, el lema “el feminismo no es una moda, incomoda” se convirtió en un grito de protesta en Valencia ante la creciente trivialización de la lucha feminista de ciertos sectores que definían esta lucha como una simple corriente pasajera. La manifestación de 2006, al utilizar este eslogan, advertía sobre el peligro de reducir el feminismo a una simple etiqueta sin contenido. Casi dos décadas después, el mensaje sigue vigente, ya que la lucha feminista continúa enfrentándose a intentos de banalización y oposición.

Miles de personas recorren esta noche el centro de la ciudad valenciana durante la manifestación organizada en defensa de la igualdad y contra la violencia de género con motivo del Día Internacional de la Mujer. EFE/Kai Försterling

Una persona deposita una vela encendida en memoria de una de las mujeres muertas por violencia machista durante la manifestación convocada en el 8M en Tarragona. Ese año, 71 mujeres fueron asesinadas a manos de sus parejas o exparejas.

Una persona deposita una vela encendida en memoria de una de las mujeres recientemente asesinadas por violencia de género en la Plaça de la Font de Tarragona EFE/Jaume Sellart

Efectivos de la Policía Nacional disolvieron en Pamplona una concentración del 8M convocada por más de 40 asociaciones que había sido prohibida por la Delegación del Gobierno por coincidir con la jornada de reflexión de las elecciones generales que se celebraban al día siguiente. Las manifestantes se enfrentaron a los cuerpos de seguridad portando carteles en los que se podía leer “libertad de expresión” o “el sistema patriarcal nos está convirtiendo en mujeres rebeldes”.

Efectivos de la Policía Nacional han disuelto esta tarde en la Plaza del Castillo de Pamplona una concentración convocada por más de 40 asociaciones para conmemorar el Día Internacional de la Mujer. EFE/Jesús Diges

El telón de fondo era la crisis económica y la reforma de la ley del aborto. Con pancartas con lemas como “crisis total al sistema patriarcal” o “las mujeres no pagaremos vuestra crisis”, miles de feministas salieron a la calle en todo el Estado.

Dos personas enmascaradas durante la manifestación convocada por la Plataforma 8 de Marzo que ha recorrido las calles de Granada con motivo del Día Internacional de la Mujer bajo el lema: “Mujeres diversas, necesidades diversas” EFE/Miguel Ángel Molina

Coincidiendo con el 8M, la Junta de Andalucía anunció indemnizaciones de 1.800 euros á las mujeres que fueron sometidas a vejaciones y torturas durante el Franquismo. La medida llegó tres décadas después de la muerte del dictador cuando la mayoría de las víctimas habían fallecido.

Cientos de personas se manifiestan el Día Internacional de la Mujer bajo el lema “Nosotras queremos, nosotras podemos”, en Zaragoza. EFE/Javier Cebollada

El 8 de marzo de 2011, las calles ya anunciaban la indignación que un par de meses después desbordaría en plazas de varias ciudades españolas con el 15-M. La manifestación feminista de ese año no solo reivindicaba la igualdad de género, sino que también recogía un enfado latente: la crisis económica, el desempleo y la precariedad que golpeaban especialmente a las trabajadoras.

Ese año, la ONU conmemoraba el Día Internacional de la Mujer pidiendo “igual acceso a la educación, la formación, la ciencia y la tecnología: el camino hacia el trabajo decente para las mujeres”. Pero en España, ese acceso igualitario aún parecía una promesa incumplida. En mayo una gran pancarta se desplegó sobre la fachada de un edificio de la Puerta del Sol en Madrid que rezaba: “La revolución será feminista o no será“.

Cabecera de la manifestación organizada por la Coordinadora de Mujeres de Valladolid que recorrió las calles de la ciudad con motivo del Día Internacional de la Mujer Trabajadora. EFE/NACHO GALLEGO

Miles de personas recorrieron el centro de varias ciudades para reivindicar políticas en favor de la igualdad de género. En ella se pidió la dimisión del ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, por sus palabras sobre el aborto. La marcha estaba encabezada por una pancarta con el lema “ni un paso atrás en nuestros derechos”.

Varias mujeres caminan detrás de una pancarta de la Coordinadora de Mujeres de Valladolid recorren las calles en defensa de los derechos de las mujeres en el Día de la Mujer el 8 de marzo de 2012 EFE/Elías Morate

Las manifestaciones se extendieron por todo un país azotado por la crisis. En 2013 preocupaba, especialmente, el paro. El femenino superaba al masculino y eran 2.536.000 las mujeres que no tenían empleo. Las que sí lo conservaban, cargaban con el peso de conciliar la vida familiar y laboral.

Una manifestación recorre las calles de Santiago de Compostela integrada por aproximadamente medio millar de personas el 8 de marzo de 2013La marcha fue convocada con motivo de la conmemoración ayer del Día Internacional de la Mujer. EFE/Lavandeira jr

En 2012 Alberto Ruiz Gallardón era Ministro de Justicia del gobierno de Mariano Rajoy cuando anunció en su intención de reformar la Ley del Aborto aprobada en 2010. Pretendía volver al modelo del 85, cuando las mujeres tenían que alegar motivos para justificar su decisión. La protesta culminó el 1 de febrero de 2014 con la organización de una masiva manifestación en Madrid que se denominó “El tren de la Libertad“. El descontento continuó y un mes después, en el 8M, las manifestantes seguían demandando la derogación de la “ley de Gallardón” al son de un “nosotras parimos, nosotras decidimos”. En septiembre, el Gobierno anunció la dimisión del ministro y la retirada de la ley.

Manifestantes marchan durante una protesta contra los planes del gobierno español de aplicar restricciones al aborto en Madrid, el 8 de marzo de 2014. Rodrigo Garcia/NurPhoto/NurPhoto/Corbis via Getty Images

En la década de 2010, el movimiento feminista en España vivió una expansión y renovación significativa, con nuevas formas de activismo y luchas que se entrelazaron con las demandas históricas de igualdad. Femen destacó entre los actores más controvertidos y visibles de este periodo. Sus acciones habituales consistían en realizar manifestaciones desnudas, cubiertas con lemas pintados en sus cuerpos, como una manera de captar la atención mediática y desafiar abiertamente el patriarcado y la opresión sexual.

“Contra las violencias y el capital, feminismo radical”. Así empezaba el manifiesto que se leyó en 2015 en la Puerta de Sol de Madrid en aquel Día Internacional de la Mujer Trabajadora.

Miles de personas celebran por las calles de Madrid el Día Internacional de la Mujer en Madrid el 8 de marzo de 2015. Juan Carlos Lucas/NurPhoto via Getty Images

Una multitud de mujeres denunció en Madrid la desigualdad y la violencia machista. Pero también hicieron retrospectiva y celebraron todos los derechos que habían conquistado gracias a a lucha feminista.

Manifestación con motivo del Día Internacional de la Mujer que recorrió el centro de barcelona el 8 de marzo de 2016 EFE/Alejandro García

Hasta el 2016, las protestas del 8 de marzo en la capital, con una media de 800 asistentes, eran las más numerosas. Pero en 2017 la cifra se multiplicó hasta unos niveles nunca antes visto con 40.000 manifestantes en cada una de las grandes ciudades del Estado. Ese año se aplicó por primera vez el Paro Internacional de mujeres y se las llamó a suspender sus tareas de cuidados y laborales, acompañado de una huelga de consumo. El lema que resonó en todo el país era “si nosotras paramos, se para el mundo”.

Miles de personas protestan durante una manifestación por el Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo de 2017 Marcos del Mazo/LightRocket via Getty Images

“Histórica” y “sin precedentes”. Medios internacionales como Le Monde, The Guardian o The Washington Post catalogaron la convocatoria de 2018 con aquellas palabras. Las mujeres españolas habían conseguido situarse a la vanguardia del movimiento feminista a nivel mundial gracias a una asistencia masiva. Centenares de miles de personas inundaron las calles en 120 ciudades.

Miles de personas se han manifestado esta tarde por las calles de Murcia con motivo del Dia de la Mujer. EFE/Marcial Guillén

El caso de la Manada fue un punto de inflexión para el movimiento feminista en España. La agresión sexual grupal y la posterior sentencia, que inicialmente consideró el delito como “abuso sexual” y no “violación”, generaron un rechazo masivo. Los colectivos feministas denunciaron el caso al grito de “no es abuso, es violación” y “yo si te creo”, exigiendo cambios legales y una educación en el respeto y consentimiento. La condena fue revisada, pero el caso dejó en evidencia la urgencia de reformar la justicia para garantizar una protección real a las víctimas de violencia sexual.

Una mujer muestra un cartel con el texto “Yo sí te creo” en una manifestación contra la sentencia de la manada. Paco Freire/SOPA Images/LightRocket vía Getty Images

El 8 de marzo de 2020 la covid-19 se extendía silenciosamente por el país. Aún no se había implantado el confinamiento pero los medios ya alertaban del peligro del virus. Sin embargo, miles de mujeres salieron a la calle de forma masiva, muchas portando carteles en los que se podía leer “la verdadera epidemia es el patriarcado”. Un texto que se utilizó para visibilizar que la opresión femenina es una pandemia y que su erradicación era una prioridad urgente.

La respuesta llegó pronto cuando los sectores ultraderechistas intentaron culpar a las feministas por la propagación del virus.

Manifestación por el Día de la Mujer, en Madrid el 8 de marzo de 2020 EFE/ Rodrigo Jiménez

La pandemia restringía e incluso prohibía las movilizaciones en las calles, pero algunas mujeres salieron de sus casas, con mascarillas y distancia de seguridad de por medio, para recalcar que el feminismo seguía más vivo que nunca. En ausencia de la movilización social abundaron las reivindicaciones telemáticas y los balcones se vistieron de violeta.

Unas doscientas personas se manifestaron en la Gran Vía de Murcia el 8 de Marzo de 2021 en el Día Internacional de la Mujer. EFE/Marcial Guillén

En 2022 el feminismo volvió a recorrer con fuerza calles de toda España, pero su marcha se dividió por primera vez. Las mujeres salieron a las calles separadas ante dos sensibilidades que siguen colisionando dentro del movimiento: la prostitución y la identidad de género. De fondo, con la guerra de Ucrania que había empezado dos semanas antes, las feministas emitían consignas por una “paz justa”.

Un grupo de personas participa en una manifestación por el 8M, Día Internacional de la Mujer, desde la plaza de Atocha hasta la de Colón, a 8 de marzo de 2022, en Madrid Carlos Luján / Europa Press

A finales de 2022, la implantación de la conocida ley del solo sí es sí supuso que los tribunales, acogiéndose a la norma, revisaran a la baja las sentencias de algunos condenados por delitos sexuales. La polémica no solo generó un intenso debate en el ámbito político y judicial, sino que también impactó de lleno en la agenda feminista. La manifestación del 8 de marzo de 2023 estuvo marcada por este asunto, dividiendo de nuevo al movimiento feminista y generando críticas hacia el Ministerio de Igualdad y el Gobierno. Mientras algunos sectores defendían la esencia de la ley y culpaban a los jueces, otros denunciaban la falta de previsión en su redacción y exigían responsabilidades políticas.

En los últimos años, las manifestaciones feministas han evolucionado en su forma de expresión, incorporando pancartas llamativas con frases ingeniosas, referencias a memes, canciones populares, audios de TikTok y diseños visualmente impactantes. Estas pancartas no solo transmiten mensajes de protesta, sino que también conectan con el lenguaje y la cultura digital, haciendo que el feminismo sea más accesible y compartible en redes sociales.

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