La Oficina Electoral Central de Rumanía ha rechazado la candidatura de Călin Georgescu para las elecciones presidenciales programadas para el 4 de mayo. Esta decisión, que ha desatado una ola de protestas por parte de los afines a Georgescu, puede ser impugnada en las próximas 24 horas.
Georgescu, una figura polémica en la política rumana, sorprendió al ganar la primera vuelta de las elecciones presidenciales en noviembre pasado, en un resultado que generó un aluvión de críticas y desató una revisión judicial sin precedentes. Posteriormente, el Tribunal Constitucional anuló los comicios alegando indicios de financiación ilegal y presunta injerencia extranjera, en particular desde Rusia, lo que llevó a la convocatoria de nuevas elecciones para este año.
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Sergio Velasco
La decisión de la Oficina Electoral no ha sido inesperada. Fuentes judiciales y políticas han advertido en los últimos meses sobre las estrechas relaciones de Georgescu con círculos políticos y económicos vinculados al Kremlin. En su campaña, el candidato defendió posiciones favorables a una mayor cooperación con Rusia y criticó abiertamente a la Unión Europea y la OTAN, bloques a los que Rumanía pertenece desde hace dos décadas.
La Oficina Electoral sostiene que la decisión responde estrictamente a la legalidad del proceso, citando irregularidades en la financiación de la campaña y posibles violaciones a la normativa electoral.
La exclusión de Georgescu añade más incertidumbre a un proceso electoral ya de por sí complicado. Rumanía, uno de los países estratégicos de la OTAN en Europa del Este, se encuentra en una encrucijada política y geopolítica, con crecientes presiones tanto desde la UE como desde Rusia. Mientras el país se prepara para unas nuevas elecciones en mayo, la sombra de la injerencia extranjera sigue siendo un tema central en el debate político.
Se espera que el Tribunal Constitucional emita un fallo definitivo sobre el caso a más tardar el miércoles por la noche.
